jueves, 24 de junio de 2010

La Carta

Cuando el silencio ya no le decía nada y la espera envolvía su patio mental, llegó la carta. Le picoteaba la avidez de tener esperanza; otra o la misma, le daba igual. Abrió el sobre rojo y leyó rápido; antes que pudiera decir palabra cerro los ojos. Era la época de los limoneros cuando desesperados, los limones crecían verdes y redondos.
Estuvo un tiempo endurecido frente a la hoja de papel, extraviado en oquedades. "Nadie anda buscando tristezas" se dijo.
Engarrotado, escurriendo por su cara las gotas frías del resudor, dobló la carta y la metió en el sobre.
Pasaron dos días ahora picoteado por la indecisión.
"Nadie anda buscando tristezas" insistía.
Fue entonces que el silencio empezó de nuevo a tener sentido.
Sergio Astorga


Tinta/papel 20 x 30 cm.

sábado, 19 de junio de 2010

Carlos Monsiváis

El Abarrote no consigue levantar la cortina y mi Vallejo me retumba en la consciencia "hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Hoy a muerto Carlos Monsiváis una brillante luz indispensable para iluminar al México negro.
Hoy hay tinieblas, sí, esta su obra, pero su voz critica en estos momentos de mediocridad la vamos a añorar.

"Hay golpes en la vida, tan fuertes...¡Yo no sé!

Este abarrote lo festejó en su aniversario 70 y hoy guardaré un profundo silencio

Si quieren leer http://astorgaser.blogspot.com/2008/05/carlos-monsivis.html

viernes, 18 de junio de 2010

Saramago



El Abarrote tiene pesar en sus repisas. A muerto Saramago y cuando una consciencia desaparece el mundo es mas indigente.
Su obra literaria y su altura ética nos quedan.

Fotografía Paco Sánchez

viernes, 11 de junio de 2010

Punto de Partida

Repentina, como el agua fría al salir del grifo, encontré el punto de partida.
Navegar por la red es una de las actividades propias cuando habitas la montaña y las barcas han zozobrado en esos mares procelosos del ir y venir en los laicos zodiacos. Pues en esas me encontraba, con el fuerte dolor frontal y con el bulbo raquídeo abultado por el alejamiento o extravío de Blanco (no ha regresado, ni tengo noticias de su paradero y tal vez, ya tiene otro plano donde deslizar su línea de vida). Como te decía, dando vueltas por la virtualidad, entré al sitio de la Universidad Nacional Autónoma de México en la dirección de Literatura y ahí estaba el Punto de Partida
http://www.puntodepartida.unam.mx/
En la Tercera Época en el numero 72 tropecé con el otro yo, el que alguna vez fue, pero sigue siendo; el que tenia también el impulso de la mano como si fuera la única manera de estar entre los cautivos.
Tal vez él, el otro que soy yo, fue el primero en dialogar con Blanco; en utilizar la tinta, la pluma y esas oquedades entre el contorno y el papel.
Con el seudónimo de Pábulos, el otro -ya somos tres- participaba en el concurso de viñeta, cuando los pasillos de la Facultad de Filosofía y Letras llenaban sus ínfulas literarias.
Noviembre de 1981 desde entonces parece que nada ha cambiado, al parecer la línea continua fluye caliente a la cabeza de mis propios actos. Estoy pálido, inundado por líquidos que salen de mis oídos y el armario, con todos su cajones en su sitio es testigo.
Cuánto caminar para saber el punto de partida.
Se antoja ir ahora por el Negro.
Sergio Astorga

Revista Punto de Partida, Tercera Época, numero 72. Dirección de Literatura, Coordinación de Difusión Cultural-UNAM. Ciudad Universitaria, México D.F.
http://www.puntodepartida.unam.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=903&Itemid=29

martes, 8 de junio de 2010

En Blanco

Eran como las seis de la tarde cuando encontré, rodeado de presentes, no de futuros, al buen amigo Blanco, fino como una insignia en la solapa.

- Aquí te dejo la espada- le dije
- Soy de sol. Tu de sombra.
- Y de la sombra vendrá la quietud - impugné. Me gustaba asaltarlo con preguntas o respuestas sin sentido.

- Como esta tu sangre, Blanco?
- Tibia y de limo. No soy elegante.
- Tu eres como la paloma moribunda.
- Son cosas de la edad - me dice Blanco con esa frente dichosa y plana.

La lluvia caía rasurando al aire de impurezas.

- Un buen recuerdo es aquel que nos aproxima a la bata y al yugo. No te parece?
- Me rehúso a ser ala de discordia. El arco iris no esta en mis funerales. Yo soy sólo el rabo de la forma. El ocaso se desprende de los cantos generales.
- ¡Vaya! hoy estas mas Blanco que nunca.
- No has leído a Miró? Ahí verás que la pájaros vuelan con sus picos.
- Lo haré.

A la hora del trigo, cuando dos hembras de cebolla llenaban la cocina de látigos olores, Blanco y yo, nos encontrábamos desde entonces a las seis de la tarde para intercambiar nuestras respectivas harinas que nos inflamaban.

Hoy he pasado la tarde en tinieblas.
Blanco no llegó.
Sus huesos capitales tal vez fueron a buscar un plano alternativo.
Sergio Astorga


Tinta/papel 20 x 30 cm.